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Madre soltera por elección, Padres de hijos concebidos con esperma de donante

Madre soltera por decisión propia: y ahí estaba yo, con 38 años y sin pareja

Madre soltera por decisión propia

Marije de los Países Bajos nos cuenta su historia de cómo la esperanza se convirtió en felicidad cuando fue madre soltera por decisión propia.

Créditos de las fotos: saltedphotography.nl

Y ahí estaba yo, con 38 años y sin pareja

Intentamos quedarnos embarazados hace dos años sin suerte. Intenté descubrir por qué no me quedaba embarazada y me hice varias pruebas en un hospital. Resulta que sufría una lesión en una de las trompas debido a una apendectomía a la que me sometí cuando tenía 16 años. Intentaron reparar la lesión y me dijeron que sería capaz de quedarme embarazada con solo una trompa a pesar de que la dañada no funcionara. Eso me tranquilizó. Por aquel momento yo no sabía que la relación con mi novio iba a hacer aguas pronto.

Y ahí estaba yo, con 38 años y sin pareja. Todos mis sueños se vinieron abajo. No estaba pensado que fuera así. No tenía un plan B. Cuando pensaba en que nunca iba a tener una familia, era como si se me cerrara la garganta y no pudiera respirar. Así no era como se supone que debía ir. Tenía que recomponerme y pensar en un plan B.

Esto es exactamente lo que necesitaba

Empecé a buscar mi plan B en internet, pero resultó ser una tarea complicada. Mi ginecóloga me dijo que solo podía ayudarme si tenía a mi lado a un hombre "real". Me pareció muy duro descubrir que la respuesta que buscaba estaba ahí fuera, pero después de un tiempo por fin me topé con Cryos. ¡Esto es exactamente lo que necesitaba! ¡Esta era la respuesta! ¿Pero cómo funcionaba?

Sabía que necesitaba la ayuda de un hospital para concebir y sabía que las posibilidades de quedarme embarazada de forma natural eran muy bajas. Después de un tiempo, descubrí dónde me podía someter a una inseminación.

¿Ser madre soltera o renunciar a mi sueño de formar una familia?

Intenté hablar con amigos, compañeros y con mis padres sobre mis planes. Las reacciones fueron de lo más dispares. Me resultó muy duró tratar con personas escépticas sobre la idea de ser madre soltera por elección propia, pero mis amigos más cercanos y mis padres eran los que realmente importaban. De ellos era de quienes necesitaba el apoyo y quienes iban a estar a mi lado en los momentos difíciles.

Mis padres veían la lucha que suponía para mí decidir entre ser madre soltera y renunciar a mi sueño de formar una familia. No es una decisión sencilla. Después de algún tiempo, mi madre me dijo que si eso era lo que realmente quería, entonces debía hacerlo. Eso es lo que necesitaba oír. Cogí el teléfono y llamé al hospital que trabajaba con Cryos.

Madre soltera por decisión propia

El último intento de lograr el plan A

Cumplí 39 años, y la presión cada vez era mayor. ¿Llegaría a ser madre como había querido serlo desde que era pequeña?

No conocía a nadie que fuera madre soltera utilizando esperma de donante de Cryos. Todas las madres solteras que conocía venían de una relación rota, lo que significaba que todos esos niños tienen un padre, un padre que les quiere y les apoya y se encarga de ellos económicamente. Ya sé que la relación madre-padre-niño no siempre es un cuento de hadas, pero aún y todo. Esos niños tienen un padre que puede responder a preguntas sobre la vida y con el que se pueden relacionar.

¿Podía yo decidir que mi hijo o hija no iba a recibir el apoyo de un padre? ¿Y me odiará por ello más tarde? Mientras reflexionaba sobre todas estas cosas, sabía que nunca me perdonaría no intentarlo.

Seguí saliendo con hombres mientras iba adelante con mi plan B. Las citas fueron emocionantes, como son todas las citas, pero lo que yo estaba buscando en ellas era, al mismo tiempo, una pareja y un hombre con el que quedarme embarazada antes de un año. Eso significaría que no tendría que pasar al plan B y que mi sueño de una familia feliz "normal" podría hacerse realidad. Pero ese plan no funcionó. Y el reloj seguía avanzando ruidosamente de fondo.

La luz verde del hospital 

La primera vez que acudí al hospital estaba muy nerviosa y emocionada. La cita fue con una psicóloga que me hizo todas las preguntas con las que me había debatido durante todo este tiempo. Esta persona necesitaba respuestas, y todo lo que yo podía hacer era hablarle desde el corazón sobre todas mis dudas, los pros y por qué siempre había querido tener un hijo. Lloré y le conté todo, lo bueno y lo malo.

Después de la cita, me preguntaba si había actuado correctamente. ¿Qué pensarían de mí? ¿Creerían que iba a ser capaz de hacer frente a las dificultades de ser madre soltera? Me dijeron que me harían saber si estaba cualificada y que llevaría algún tiempo recibir la respuesta porque era todo un grupo de personas el que tomaba la decisión. Mi suerte estaba en sus manos. Puede parecer equivocado, pero es la única forma de hacerlo. Entretanto podía acudir a mi ginecólogo para ver si gozaba de buena salud para someterme a un tratamiento de fertilidad. La ginecóloga iba a supervisar el transcurso del proceso.

Mi salud estaba bien, y por fin recibí buenas noticias del hospital que trabajaba con Cryos. Me apoyaban y me dieron luz verde para continuar.

Encontrar al donante perfecto

Había pasado al menos un año desde que había comenzado mi periplo para ser madre soltera. Ya había gastado algo de dinero buscando el donante de esperma perfecto en la Búsqueda de donantes de esperma de Cryos. No era una tarea sencilla, pero por fin tomé la decisión con la ayuda de mi madre.

Pensamos que la historia y el árbol genealógico del donante tenían algún parecido con mi propia familia, y eso nos dio una buena sensación. Su emotiva carta me llegó al corazón. Era él.

Sentada sola en la sala de espera

El equipo del hospital me ayudó a pedir el tanque con el esperma de mi donante de Cryos. No era exactamente como pedir otras cosas a través de internet, pero todo fue a la perfección, y cuando las pajuelas de esperma, así se llaman, estaban seguras en el refrigerador del hospital, por fin pudimos empezar la inseminación.

Antes del primer intento, estaba sentada sola en la sala de espera. Pensaba que podía lidiar con todo esto yo sola. Y podía, pero me sentía sola. Había más personas esperando también, pero todas ellas en pareja.

Después de un tiempo, una mujer entró en la sala de espera, también sola. Pensé en preguntarle cómo se sentía por estar allí sola. Quería saber qué es lo que pensaba de ser madre soltera. Tal vez podríamos ayudarnos mutuamente. Mientras pensaba en todo esto, su marido o su novio entró y se sentó a su lado. ¡Menos mal que no le había dicho nada! Me puse roja, y me sentí más sola aún.

Madre soltera por decisión propia

¡Dios mío! ¡Estaba embarazada!

Los primeros dos intentos fallaron, y la idea de volver allí me provocaba ansiedad. Era la última pajuela de mi preciado esperma en el hospital. Si no teníamos éxito, debíamos volver a hacer un pedido.

Le pedí a mi madre que me acompañara al tercer intento. Estaba bien no sentirse sola. Parece que mi madre fue mi amuleto de la suerte, porque esta vez me quedé embarazada. ¡Dios mío! ¡¡Estaba embarazada!!

Me sentía desbordada. Es un sentimiento difícil de describir. Derramé lágrimas de felicidad.

Las otras madres tampoco conocen las reglas

Qué magnífica sensación estar embarazada. Estaba tan agradecida por tener la suerte de vivir la experiencia de la maternidad. Me encantaba salir a la calle y lucir mi gran tripa. Me encontraba en la gloria.

Me hice tantas ecografías como me fue posible. No podía dejar de mirar a mi niño. ¡Sí, iba a tener un niño! Así que, en cierto modo, mi otro sueño de tener un hombre en casa también se había hecho realidad.

Obviamente, las dudas sobre si había tomado la decisión correcta de hacerlo sola continuaban ahí. Me preguntaba si era lo suficientemente buena, si podría hacerlo sola, si mi hijo me odiaría algún día por elegir tenerle de este modo. Mis amigas fueron un apoyo enorme y me contaron que ellas también tuvieron dudas a pesar de no haber tenido sus hijos solas. Me dijeron que era perfectamente normal y que todas las madres tienen dudas.

Me regalaron un póster con las palabras "Las otras madres tampoco conocen las reglas" (en holandés: "Die andere moeder doet ook maar wat"). Estaba bien que me lo recordaran cada cierto tiempo.

Mi hijo convirtió la esperanza en felicidad

Dos semanas antes de salir de cuentas, rompí aguas. Estaba a punto de ocurrir. Tenía miedo, pero en pocas horas él ya estaba allí. La criatura más preciosa del mundo. ¡Hijo mío, tú convertiste la esperanza en felicidad!

Después del nacimiento, me adentré en un nuevo mundo. Un mundo en el que yo era madre.

Cuando miro a mi hijo hoy, me gustaría poder enviarle a mi donante una foto suya. Me gustaría hacerle saber la magnífica persona que es mi hijo, que conociera su rostro y su carácter. Me gustaría que supiera lo agradecida que estoy. No existen las palabras que puedan describir mi gratitud para con mi donante. Debe de ser una persona realmente buena para hacer esto. Espero que algún día sepa lo maravillosa que es la persona que ayudó a traer al mundo.

Mi hijo tiene ahora casi 9 meses y es todo alegría. Al final, mi plan B no resultó ser tan malo. ¡Un auténtico sueño hecho realidad!

/ Marije

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