Ser el padre de un niño concebido con esperma de donante: soy afortunado de ser padre
Miranda y Johan, originarios de los Países Bajos, son los padres del pequeño Vidar. Una constelación familiar relativamente normal, excepto por el hecho de que Vidar vino al mundo con la pequeña ayuda de un donante de esperma. Aquí puedes leer la historia de Johan y su camino hasta convertirse en padre.
"Cuando tenía 18 años, me sometí a una prueba genética debido a un historial de cáncer hereditario dentro de mi familia. Descubrí que no porto los genes para desarrollar el cáncer, pero que, por desgracia, tengo otros "errores" genéticos que podrían llevar a problemas de fertilidad. Cuando tenía 24 años, sufrí un accidente practicando kitesurf que dañó el conducto seminal. Tras un análisis de esperma, quedó claro que la calidad de mi esperma era mala".
A raíz de la prueba genética y del accidente de kitesurf, Johan aceptó el hecho de que, probablemente, nunca tendría hijos y se conformó. Sin embargo, cuando Johan conoció a su novia Miranda, las cosas cambiaron.
"Mi novia era muy independiente y, antes de conocernos, había estado barajando las posibilidades de tener un hijo sin pareja. Jugaba balonmano a nivel semiprofesional y, hasta ese momento, no había encontrado aún a la persona adecuada. Cuando la conocí, sabía con claridad que quería tener un hijo y que eso no iba a cambiar. Así que me involucró en el proceso".
Dos perspectivas del proyecto "bebé"
Johan y Miranda siguieron adelante con el proyecto con ideas totalmente diferentes. Johan no sentía la necesidad imperiosa de tener un hijo, pero Miranda sí lo hacía y estaba nerviosa por descubrir si el tratamiento de fertilidad iba a funcionar o no.
"Nunca sentí especialmente el deseo de tener un hijo. Me gusta hacer mis propios asuntos y no planificar cuándo voy a hacer qué. Me preocupaba mucho empezar el tratamiento y pensaba que mi libertad iba a desaparecer. Cuando acepté hacer el proceso juntos, tenía dudas sobre muchas cosas: ¿querré al niño?, ¿seré un buen padre? etc.".
Tratamiento de fertilidad y elegir a un donante
En la clínica de fertilidad de los Países Bajos, personas muy competentes ayudaron a Johan y a Miranda a lo largo de todo el proceso. Este aspecto fue fundamental, ya que implicaba una gran cantidad de emociones. A la hora de elegir a un donante de esperma, había algo importante para la pareja: tener una buena sensación al leer el perfil del donante de esperma.
"Lo más importante para nosotros era tener una buena sensación al leer el perfil del donante y también el motivo por el que quería ser donante. El donante había escrito una carta muy agradable en la que nos vimos reflejados, además de presentar un buen perfil emocional. Buscamos rasgos de personalidad y características cercanas a nosotros como que fuera alto, amable, saludable y muy deportista".
Durante el proceso, Johan se fue entusiasmando cada vez más y, mucho antes de que naciera Vidar, Miranda y Johan tenían todo preparado para que el bebé formara parte de su familia.
Ser padres de un niño concebido con esperma de donante
Ahora, Johan y Miranda son los orgullosos padres del pequeño Vidar.
"Nunca había esperado ser padre, y ahora estoy disfrutando de Vidar y me siento orgulloso de ser padre. ¡Puedo enseñarle todas las trastadas que aprendí de mi padre! Estoy deseando disfrutar del futuro con este hombrecito".
Johan es muy consciente de lo afortunado que es de ser padre. Vidar fue una de las primeras cosas que Johan tuvo que planificar en su vida, pero el esfuerzo mereció la pena. Hay algunas cosas que a Johan le hubiera gustado saber antes de convertirse en padre que probablemente le habrían ahorrado algunas de sus preocupaciones.
"Me hubiera gustado saber antes que iba a ser tan divertido y especial. Mi vida ha cambiado, pero no en lo relativo a mi libertad. Ahora puedo enseñar a mi hijo las locuras y cosas fantásticas que he hecho en mi vida".
Acerca de la genética
Cuando le preguntan a Johan sobre cómo se siente acerca del hecho de que su hijo no lleve sus genes, Johan da una respuesta muy clara:
"Sinceramente, me alegro de que Vidar no tenga mis genes. Existen muy pocas posibilidades de tener un hijo con mis genes, y al trabajar como profesional sanitario, pronto fui consciente de que era mejor recurrir a un donante para tener un hijo. Si Vidar llevara mis genes, podría tener los mismos problemas genéticos, y el riesgo de tener un niño que no estuviera sano era mayor".
El no estar emparentados genéticamente no afecta a la relación de Johan con su hijo. Johan está convencido de que Vidar será como él de todos modos, por ejemplo, en lo que respecta a su personalidad.
"A menudo me dicen que Vidar se parece a mí. Es extraño; él tiene el pelo liso y rubio, y yo tengo el pelo castaño rizado. Pero, obviamente, tiene algunas de mis características. Las expresiones faciales son muy parecidas, y el modo de gastar 'bromas' también. Vidar disfruta estando rodeado de gente igual que yo".
Conocer al donante algún día
Johan y su mujer desean ser totalmente sinceros con su hijo y, por ese motivo, ya le han contado a Vidar que vino al mundo con la ayuda de un donante.
"Tengo un dicho en holandés que le digo muy a menudo: Je bent niet van mijn zaadje, maar wel mijn maatje! (No procedes de mi esperma, pero, sin lugar a dudas, eres mi compañero)"
Johan y Miranda han explicado a su hijo que el donante es un hombre amable que donó su esperma para hacer posible que otras personas tengan un hijo sano.
Johan y Miranda esperan de verdad que Vidar quiera buscar algún día al donante.
"En realidad, nos sentiríamos algo decepcionados si en el futuro no quisiera contactar con el donante. Si tiene preguntas o desea visitar al donante, le ayudaremos en todo lo que podamos. ¡Nosotros también sentimos curiosidad!".
Tener un hijo es mágico
Antes de tener a su hijo, Johan tenía miedo de no poder gestionar el hecho de que su hijo no llevara sus genes. Pero el miedo desapareció de inmediato en cuanto vio a su hijo por primera vez.
"La primera vez que vi a Vidar sentí que era mío y le quise de inmediato. Somos personas con los pies en la tierra, pero esto es como un milagro".
En lo relativo al futuro de su hijo, Johan solo tiene algunas preocupaciones que, probablemente, sean muy parecidas a las que el resto de padres tiene cuando crecen sus hijos: ¿habrá muchas cosas rotas? ¿Tendré muchos arañazos y heridas que curar? ¿O tal vez incluso una breve visita de un policía?
"En mi opinión, el padre es la persona a la que acudirá si está triste, si quiere hablar sobre algo o si, simplemente, quiere jugar. Quiero enseñarle las cosas correctas y ayudarle a convertirse en una persona buena y amable. Tiene que saber que siempre estaré aquí para él".
Para otras parejas que estén planteándose recurrir a un donante para tener un hijo, Johan tiene las siguientes palabras:
"No sé qué es lo que sienten otros, pero mi experiencia es que el sentimiento es mágico".
Muchas gracias a Johan y a Miranda por compartir su camino hasta convertirse en los padres del pequeño Vidar.
Si has pensado en recurrir a un donante para hacer realidad tu sueño de tener un hijo, te invitamos a reservar una llamada gratuita con uno de los asesores del servicio de atención al cliente de Cryos para descubrir tus posibilidades. Estamos a tu disposición para ayudarte.